27.9.04

El Gran Spoiler

Para los no iniciados, un spoiler es contar un cachito clave de una película, lo suficientemente clarificador como para chafársela toda entera si aún no la ha visto.

Pues bien, quiero dejar bien claro que siempre he odiado los spoilers. Una cosa es que alguien te haga un breve esbozo, sintetizado, del argumento lineal, para saber por donde van los tiros. La otra es que citen fragmentos muy concretos que le descubran posibles sorpresas o giros argumentales a lo largo de una proyección.

Todos, del primero al último (yo mismo), hemos caído alguna vez en el error de colar alguna que otra clave. Debe ser cuestión de la condición humana... de esa malicia que llevamos oculta quién sabe donde. Pero hay una cosa que aún es más imperdonable que el spoiler pequeñito... Estoy hablando del Gran Spoiler, del trailer promocional..

¿Nunca han sentido una sensación de rabia e impotencia cuando acuden a un cine y, antes de la película elegida, le sueltan un montón de trailers de títulos a punto de estreno? A mí, personalmente, los trailers actuales me indignan. Hay algunos (por no decir la mayoría) que son capaces de sintetizar toda la película (con sus giros argumentales incluidos) en un par de minutos. Sólo les falta decir quien es el asesino.

Son tan estúpidos que, además, hacen un montaje cronológico del film a vender. Como un vídeo-clip, pero más depurado y con voz en off explicando todo, al detalle, por si no ha quedado claro sólo con las imágenes. O sea: chico canceroso conoce niña; niña se enamora del enfermito; la madre del enfermito no acepta esa relación; niña encuentra a otro joven apuesto, musculoso y sanote; niña hace de todo en la cama con el musculoso; el muscoloso la planta por una tía añeja; niña deprimida vuelve al lado del enfermito deprimido; enfermito deprimido se anima y prometen amarse hasta que la muerte los separe... y, por último, un plano de unos funerales con un ataud... ¡Y es que sólo les falta decir si el muerto de la cajita es él o ella!

Hay veces que, a pesar de todo, le sacan a uno un problema de encima. Ve el trailer (como el del ejemplo expuesto) y sabe perfectamente que en su vida verá similar engendro. Piensa, "fantástico, ya se la pueden meter donde les quepa... por mí, ya está vista". Otras, por desgracia, le enganchan totalmente, presume que la historia anunciada promete... pero se queda sin saber el final. En este caso, si no es un producto muy esperado por usted, le recomiendo que vaya a cualquiera de los cines en donde se proyecte y se dirija directamente al acomodador: "Oiga, joven, al final... ¿quién es el malvado que se carga a la senadora?". Así, al menos, se habrá ahorrado unos cuantos euros, que la vida no está para tantos trotes.

En fin. Nunca acabaré de comprender el por qué algunos odian tanto los spoilers y, en cambio, ansían ver (o bajarse de la Red) el trailer de tal o cual película. Como decía Stanley Kramer... el mundo está loco, loco, loco.

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