4.1.05

A falta de pan, buenas son tortas

No hace mucho, saltando de blog en blog, fui a parar a la página del ilustrado Embajador de la República de Barataria. El hombre, desde allí y aprovechando una referencia a Soylent Green, me lanzaba un cable e, indirectamente, me proponía hablar de ese título desde mi bitácora. Y, ni corto ni perezoso, acepté la propuesta, pillé el DVD correspondiente y me enfrasqué en la revisión del mismo.

La historia de Soylent Green se desarrolla en un futuro nada lejano, en el 2022, aunque hay que tener en cuenta, de todas maneras, que la fecha de producción de la película es de 1973. Estamos en una sociedad acabada, en donde los alimentos de primera calidad escasean. Difícil resulta ver, en ese mundo contaminado y enfermo, verduras frescas y cualquier tipo de carne. El agua está racionada. Sus pocos habitantes se alimentan de una especie de galletas coloreadas fabricadas a partir del plancton marino. Soylent es la gran empresa que está tras la distribución de esa comida.

Richard Fleischer, uno de los buenos artesanos que por aquel entonces pululaban por Hollywood, fue el encargado de poner en imágenes la novela de Harry Harrison en la que se basaba. Charlton Heston fue su principal protagonista, metiéndose en la piel de un duro policía, desencantado por la sociedad en la que le ha tocado vivir y que tendrá que afrontar la investigación del asesinato de un hombre adinerado y sabedor de algunos secretos de la empresa Soylent.

Soylent Green es un título cargado de muy buenas intenciones. Con una vena profundamente ecológica, plantea el mal que los seres humanos hemos hecho a la naturaleza y la manera en que ésta nos responde, ofreciendo, al mismo tiempo, un valiente canto en favor de la eutanasia. Aunque de una eutanasia en parte interesada (y no sigo para no chafarles la película), de una muerte conducida a la que optan aquellos que ya no pueden seguir luchando en medio de tanta podredumbre y diferencia de clases pues, en esa comunidad, tan sólo hay dos tipos de castas: los ricos y los pobres. Sin término medio. Tanto es así que, al llegar Heston al escenario del crimen y tras preguntar por la profesión de la víctima, alguien le responde con una sola palabra: “rico”.

Y no sólo eso. Esa sociedad ya está tan degrada que las pocas mujeres jóvenes que quedan tienen una misión específica asignada. Un cometido en extremo machista, pues a las chicas se las conoce por el nombre de “muebles”. O sea, aparte de servir como elemento decorativo de ciertas mansiones, son las sirvientas ideales, todo terreno, de las que se valen sus propietarios.

Es una pena que con tan sólidos y prometedores elementos la cinta carezca de suficiente fuerza narrativa. Puede ser debido al paso del tiempo. Posiblemente haya envejecido mal, pues, en varios momentos, me dio la impresión de estar revisando una película de Jess Franco. Zooms innecesarios, diálogos ridículos (y risibles) y alguna que otra secuencia patéticamente jocosa, como aquella en que la policía antidisturbios, para disolver una revuelta callejera, acaba utilizando gigantescas excavadores con las que van recogiendo a los manifestantes, gracias a sus enormes palas dentadas.

Y, por si fuera poco, Charlton Heston está patético. Inexpresivo. Incluso patoso. Alejado totalmente de aquellos personajes hercúleos y valientes, afronta lo peor que sabe el rol del acabado detective Robert Thom aunque, como siempre, aprovechando la mínima ocasión para enseñar sus peludos pectorales. Y es que, seguramente, a nuestro “hombre del rifle”, le venía grande el personaje de un hombre con inquietudes sociales que, en muchos momentos, ha de enfrentarse ante verdaderas necedades para con sus semejantes. Y me parece a mí que las ideas del amigo Charlton, en esa época y entrados los años 70, estaban a un nivel totalmente distinto a las del policía protagonista.

En contrapartida, Edward G. Robinson, en el último papel de su carrera, interpretaba a un anciano entrañable quien, compartiendo un minúsculo apartamento con Charlton Heston, se convertía en el maestro de ceremonias de todo aquello que pudiera tener relación con los placeres de un mundo anterior, antes de la hecatombe en la que están inmersos. Y así lo demuestra cuando, tras muchos años, tiene la saludable ocasión de volver a probar un trozo suculento de buey y un poco de lechuga. Tristemente, pocos meses después de terminar ese rodaje, el gran G. Robinson nos abandonaría para siempre.

Aquí queda pues Soylent Green, pésimamente rebautizada entre nosotros como Cuando el Destino Nos Alcance. Una fábula pesimista, en nada esperanzadora y un tanto visionaria, pues la naturaleza, de vez en cuando, se queja de los malos tratos que le hemos impartido, mientras que los todopoderosos que la habitan en nada ayudan a su mínima estabilidad. Sino todo al contrario.

Lástima de Heston y de esas arrugas prematuras que ha ido criando con el paso de los años. Y esto (lo de las arrugas) sirva, paradojicamente, tanto para el citado actor como para la película en si misma.

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Comentarios recuperados de HaloScan (a 4/05/2005)

Vi esta película en una sesión doble televisiva en mi infancia ochentera junto a Blade Runner y, desde luego, fue la película que mayor interés me despertó. Luego el paso de los años reubicaría la obra magna de Ridley Scott en la cúspide de las películas prospectivas y aviejó, considerablemente, este Soylent Green que como dices, presumía de visionario y pesimista.

Pero conceptualmente sigue siendo una propuesta harto sobresaliente, antiutópica y dogmatizadora a partes iguales, que contiene alguno de los mejores fragmentos del cine de ciencia ficción distópico de los años 60-70. Y, naturalmente, uno de los finales más mordaces y sarcásticos que recuerdo haber visionado.

Respecto a Heston: supongo que las arrugas y repligues prematuros también le afectaron al cerebelo. Lástima.
J. P. Bango Homepage 01.04.05 - 9:25 pm #

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Yo, de la película, me quedo, ante todo, con las imágenes de G. Robinso tumbado el la camilla y rodeado de imágenes placenteras y del descubrimiento que hace Heston gracias a la investigación del citado G. Y no sigo para no entrar en el spoiler.

Espero que algunos de estos nuevos alimentos, envasados, enlatados y... tengan otro tipo de componentes "alimenticios"...
Spaulding Homepage 01.04.05 - 10:59 pm #

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Precisamente, en la revista Imágenes de este mes se habla de esta película en la sección "cult movie".

A mí la película me gusta bastante. Me parece una distopía futurista interesante, esclava de su tiempo, es verdad, pero con ideas inquietantes y realizada con oficio por el bueno de Fleischer. Lo de las mujeres "muebles", el tratamiento de la muerte o la escena de las palas recogiendo gente a lo bestia son cosas curiosas. Y sí, para mí el gran momento es el protagonizado por Edward G. Robinson en el fin de sus días. Muy emotivo. Ficción y realidad casi coincidieron puesto que sabido es que el actor falleció poco después. Fue su testamento cinematográfico.

Por cierto, Fleischer fue un director nada desdeñable. "Los Vikingos" y "El estrangulador de Boston" son magistrales, para mí.
Agente Cooper Homepage 01.05.05 - 12:32 am #

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Y se olvida, agente Cooper, de otro estrangulador impresionante, tambien de Fleischer, El Estrangulador de Rillington Place. Y, al igual que en la de Boston, basada en un caso real.

Estoy con ustd en que Fleischer fue un buen artesano, pero sigo pensando que, a pesar de las buenas intenciones, Soylent Green le quedó irregular. Aunque, como digo, le han pasado los años, cosa que no ocurre con las dos grandes películas que usted cita.
Spaulding Homepage 01.05.05 - 7:39 am #

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Yo soy fleischerista entregado. Los Vikingos es la HOSTIA. TURURU, TURURU, tututututututú. Yo quiero un funeral vikingo.
absence Homepage 01.05.05 - 12:56 pm #

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Pues no se preocupe, amigo Absence. Si quiere, yo mismo le prendo fuego.
Spaulding Homepage 01.05.05 - 2:12 pm #

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Ja hace tiempo que creo que no llegaré a jubilarme. Simplemente me meteran dentro de una latita de wiskas (la comida para gatos)
xinoxano 01.05.05 - 5:02 pm #

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Uy! Dije demasiado. Sr. Spauld, edite mi anterior mensaje
(I'm sorry)
xinoxano 01.05.05 - 5:04 pm #

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No se preocupe. Si no aún no la conocen, con esa pista suya, a lo mejor les entran las ganas de verla o de zamparse una latita de wiskas.

Yo, más que de los wiskas... y como dije hace tiempo en otro comment, de los que no me fio en absoluto es de los de la casa Santiveri, esos de comidas de régimen. ¡Me han contado cada cosa espeluznante!... que siendo hoy noche de Reyes ni me atrevo a contarlo. ¡Vaya cerdos!
Spaulding Homepage 01.05.05 - 6:12 pm #

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Póngame a los pies de su señora, maese Spaulding.
Sota Homepage 01.05.05 - 9:34 pm #

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Yo le tengo especial cariño a esta cinta aunque si es verdad que, viéndola ahora de nuevo, hay escenas pelin ridículas. De todas formas, hecha esta salvedad, continua siendo una película muy recomendable.
Filigrana 01.10.05 - 11:26 am #

1 comentario:

Anónimo dijo...

a mi me parece bastante buena, la tengo en mi coleccion.