28.5.05

Sólo soy ancho de espaldas, ¡coño!

Cual ha sido mi sorpresa hoy cuando, hojeando el nuevo número de la revista Fotogramas, en la página 52 del ejemplar correspondiente a junio de 2005 y en la sección del Sobrino de Belvedere, he visto de nuevo mi nombre reflejado en la misma. Pinchen sobre el escaneado de abajo y lean lo que ese personaje opina de mí. Con esa falsa y persistente comparación entenderán el estado de excitación mental y psíquica actual que esa nota, en tan célebre publicación, ha provocado en mi humilde persona.

No entiendo como un ser, aparentemente tan cabal como el Sobrino, osa asemejarme públicamente con ese hombre obeso de la serie Padre de Familia, el tipo de la cervecita y el perro que les colgué hace unos cuantos días (pulsen aquí en caso de querer rememorar la insultante situación).

¿Es qué acaso estoy gordo? ¡Falacias! Como mucho, y como diría Obélix, soy ancho de espaldas. Sé positivamente que muchos de ustedes dirán que bueno, que vale, pero que, en el fondo tengo el mismo mentón prominente que el tipo ese. No lo niego, pero también eran poseedores de mentones considerables Kirk Douglas y Cary Grant e incluso, en la actualidad, el mismísimo George Clooney. Y en cambio, a nadie, absolutamente a nadie, se le ocurre buscarme cierta similitud con esos hombres guapos y elegantes.

Aviso. Cuidadín: Estoy iniciando mis indagaciones personales para descubrir quien es el personaje perverso y malvado que se esconde bajo el Sobrino de la revista Fotogramas. Empiezo a sospechar seriamente que se trata de alguno de ustedes. No tengo la menor duda de ello. ¿Pero quién? El día que le pille, se va a enterar de lo que vale un peine (*). Menudo soy yo. ¿O es que acaso ese señor, desde su anonimato, no se ha parado a pensar en el disgusto que le ha provocado a mi señora madre?

(*) expresión popular ciertamente estúpida

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