26.12.05

Spaulding también tiene su corazoncito (...y, aunque no quiera reconocerlo, se le cae la baba)

En Catalunya llevamos tres días seguidos de comilonas. Cava catalán, vino de La Rioja y turrones. Y familia. Demasiada familia. Con la espesura mental que se alcanza después de tantas horas de relaciones sociales y alcohol, es difícil ponerse a escribir con coherencia sobre cualquier tema.

La próxima semana será densa en Spaulding’s blog, pues King Kong, el nuevo Von Triers, el Ustedes Lo Han Querido y, por supuesto, ese par de inevitables listados con las mejores y peores películas del año, esperan su turno con impaciencia.

Hoy toca el descanso y la reflexión sobre los últimos días. Y, sin lugar a dudas, lo mejor de éstos fue la presencia de mi sobrino Absencito. Ahí tienen la instantánea en la que tio Spauld (aka Tiet Toni), tras alimentar al pequeño con un biberón, se dejó mesar las barbas por él.

A veces, pequeños detalles como éste, salvan la hipocresía de la Navidad.

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