5.11.06

Tuneando


Si algo tiene de bueno el último film de Bigas Luna, Yo Soy la Juani, es el descubrimiento de su protagonista principal, Verónica Echegui, una chica de 23 años con una mínima experiencia anterior en el campo del cortometraje y la televisión. La joven es la viva imagen de cierto tipo de muchachas actuales que pueblan las calles de nuestras ciudades y pueblos; muchachas con muy poca cultura por culpa de no haber recibido una educación adecuada, criadas en el seno de familias humildes y dotadas de un particular gusto por la estética hortera y provocativa, tanto en su forma de vestir como de expresarse.

La Juani, en particular, quiere demostrar ante los demás un dominio total de su situación personal. A su manera, es una inconformista con la sociedad actual. Odia su trabajo diario como cajera en un centro comercial cercano a Barcelona, el Media Markt. Soporta como puede el peso de un padre alcohólico y sin trabajo y de una madre absorbente y marujona. Y, por las noches, recién terminada su jornada laboral, desbrava su malestar en compañía del Jonah, su novio, y de su mejor amiga, la Vane. Las discos, el sexo a tope con el Jonah, sus charlas con la Vane y “las minifaldas más cortas que la polla” (tal y como dice ella misma), son sus verdaderas y únicas válvulas de escape. Su gran y única ambición es la de convertirse en una actriz famosa, pero se conforma con un poco prometedor futuro al lado de un novio que se desvive más por tunear su coche que por hacerla feliz a ella. Hasta que un día, cansada de las malas pasadas de su Jonah del alma, de sus padres y del Media Markt, decide mandarlo todo a la mierda y empezar a luchar por conseguir su sueño dorado.

Es cierto que los primeros quince minutos de Yo Soy la Juani parecen prometedores. El retrato que hace Bigas Luna de una juventud muy concreta y actual resulta bastante desolador. No tienen ganas de cambiar nada, excepto el aspecto de su automóvil, al cual le dedican una devoción absoluta a la hora de tunearlo. Mientras haya cuatro perras para tener el coche lo más hortera posible, con unos altavoces potentes y, de vez en cuando, puedan echarle un quiqui a la respectiva o a la primera que se les ponga a tiro, todo funcionará a la perfección. El resto es secundario, casi prescindible. Y la Juani quiere mucho más que eso; desea romper con ese ambiente. Ella se considera diferente, muy echá palante.


Una vez superada la descripción inicial, cuando la Juani y la Vane viajan hasta Madrid, la cinta cae totalmente en picado. A partir de ese momento la película se convierte en un inmenso e interminable vídeo-clip. Los diálogos son mínimos. El guión desaparece casi por completo, para dar paso a una serie interminable de temas musicales que acompañan los movimientos de las dos amigas por la ciudad. Mientras una intenta buscar trabajo como actriz, la otra se emplea de aprendiz en una peluquería. Y lo único que hace la cámara es mostrarnos a las dos chicas en sus respectivas tareas y durante sus múltiples paseos por calles y centros comerciales de la capital, al tiempo que las marcas comerciales empiezan a campar a sus anchas y adorna (¿o tunea?) su banda sonora con múltiples cancioncillas como abusivo leit motiv.

Todo resulta muy light y rosado en Yo Soy la Juani. Nunca entra a fondo en ninguno de los temas que va proponiendo. Todo queda en agua de borrajas. Y, si no fuera por la elevada dosis de sexo que contiene su primera parte, diría que incluso infantil. Bigas Lunas ha perdido ese estilo corrosivo y provocador que tanto le caracterizó al principio de su carrera. Viendo este film, da la impresión que al hombre -al igual que hace el Jonah con su carro- le ha dado por ponerse a tunear su película, pues ésta, en concreto, si no estuviera tan adornada y coloreada, podría incluso haber destilado cierta mala leche.

El tan cacareado American Dream, aparte de creérselo, parece haber conquistado el alma de Bigas Luna. O si no, esperen a comprobarlo con la anunciada continuación, la cual ya tiene el título provisional de Juani Hollywood. De hecho, en los títulos de crédito finales, ya nos avanza un tanto el argumento del mismo. ¿Será la Juani, según el director catalán, el alma gemela de Penélope Cruz? Todo podría ser.

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