29.1.07

Una noche sin girasoles (aka La noche de los almodóvares)

A pesar de mi promesa de no ver la gala de los Goya e irme a dormir temprano, acabé tragándomela. Pero no ayer, sino esta misma tarde mediante el DVD que dejé grabando, pues en directo tan sólo aguanté hasta que la nueva presidenta, gracias a un discurso prehistórico, dejome tumbado en el más plácido de los sueños.

Y vistos los resultados y los premiados, sólo tengo claro un concepto: la Academia en pleno se puso de acuerdo en pelotear descaradamente a Almodóvar. "Almodóvar, vuelve, plis"; "Pedro, otro año vente a la entrega"; "Pedrito, eres mucho más guapo que Guillermo"... Buffff, ¡qué cansancio! Incluso el amiguete Santiago Segura, al abrir el sobre en el que constaba la película ganadora, y emulando a la Pene y a la Heidi al mismo tiempo, soltó ese ¡Peeeeeedro! de rigor impuesto en toda ceremonia cinéfila que premie al autor manchego.

Que Volver es una excelente cinta, es innegable. Personalmente, la considero de las mejores del año. Un tanto de lo mismo me ocurre con El Laberinto del Fauno: magia en estado puro. Pero hay cosas que me molestan y es que, por ejemplo, La Noche de los Girasoles (a mi gusto, el trabajo español más compacto del 2006), no fuera tan siquiera nominado como mejor película. Es más: el premio a una de las pocas nominaciones que obtuvo -la de mejor director novel-, fue a parar a Daniel Sánchez Arévalo por la correcta Azuloscurocasinegro, mientras que la posibilidad de ganar por guión original le fue arrebatada por Guillermo del Toro (¡suerte que no fue por Almodóvar again!). Y ello (a pesar de la indiscutible calidad de los premiados) me parece una injusticia total; una injusticia que demuestra el conservadurismo que, año tras año, se esconde tras la martingala del cabezón de Goya.

De José Corbacho preferiría no hablar, pero... aparte de parecerme de lo más soez e insultante, sus perfomances de tres al cuato reflejaron una falta total de ingenio e inspiración. Disfrazarse de Penélope Cruz y echarse un pedo mientras está defecando o pisar una cagarruta al imitar la figura de Alatriste, me resultó de lo más básico y barato, de niños de preescuela. En definitiva: un resumen demencial de las gracias de un payasete agresivo dispuesto a convertirse en el único protagonista del evento.

Y al tiempo que el ex de La Cubana planteaba la posibilidad de un doble cuerpo para las nalgas del Noriega en un spot televisivo, Pedrito, en su casa y tumbado en el sofá, babeaba reflexionando sobre los excelentes resultados obtenidos con la pataleta del año pasado. Y es que quién no llora, no mama.

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