4.9.08

EN RESUMIDAS CUENTAS: De judíos, viudas y cornudos

Aritmética Emocional supone una nueva vuelta de tuerca sobre el holocausto y el pueblo judío aunque, en esta ocasión, afrontada de modo intimista, de manera casi teatral. Ambientada a principios de los años 80 y en una lujosa granja situada en medio de un bello paraje canadiense, la cinta cuenta con un casting excepcional y altamente atractivo, lo mejor, sin lugar a dudas, de la misma. Desde Susan Sarandon a Max von Sydow, pasando por las atentas miradas de un soberbio Christopher Plummer o de un enigmático Gabriel Byrne, todos cumplen a la perfección con sus distintos cometidos aunque quizás, en algún momento, la Sarandon se desmarca un tanto y se sube un poquito por las paredes.

La historia que cuenta Paolo Barzman, su realizador, es a priori interesante. Reencuentros, recuerdos imborrables, campos de concentración, amores imposibles... Un poco de todo (como en un bazar chino) y conducido a ritmo tranquilo, en extremo reposado. Luego, al llegar a la más que anunciada catarsis final entre sus mínimos personajes, le intenta dar un toque poético, cargado de ridículas metáforas (en donde la lluvia juega un papel especial), y la película de le escapa totalmente de las manos; un cambio de estilo tan forzado que, de un plumazo, desmorona su magnetismo inicial.

Vistos los resultados, este es un film sólo aconsejable a aquellos que quieran disfrutar de buenas interpretaciones y sepan, al mismo tiempo, dejar a un lado las grietas de un guión que termina por resquebrajarse en su sprint final.


Si la irregularidad de Aritmética Emocional se veía compensada al menos por sus buenas intenciones, lo de El Viaje de Nuestra Vida no tiene perdón alguna: un pastelón cocinado en especial para que algunas viejas glorias -como Jessica Lange o Kathy Bates-, puedan lucirse a su antojo sin que nadie las controle, ni siquiera Christopher N. Rowley, su debutante director. Por suerte, Joan Allen, con su envidiable y contrastada profesionalidad, es la única que sale indemne de entre los numerosos despropósitos que acumula la propuesta.

La excusa para reunir a las tres actrices en pantalla es la muerte del compañero de una de ellas, la que interpreta Jessica Lange; una muerte que las decidirá a emprender un ilógico e interminable viaje por carretera (con parada y fonda cada dos por tres) con la intención de asistir al funeral que ha orquestado, en Los Angeles, la tiránica hija del difunto. En realidad, para el espectador, ese viaje femenino se le convertirá en un via crucis...

Herencias mal entendidas, sentimientos equivocados, unas gotitas de mormonismo y un mucho de road movie, son algunos de los cansinos ingredientes que se mezclan, sin orden ni concierto, en una cinta innecesaria y que se muestra incapaz, en momento alguno, de decantarse por la comedia o por el melodrama. A huir de ella.

Paso de Ti es una comedieja con muy pocos alicientes en su haber y supone el debut, tras la cámara, de Nicholas Stoller, el que fuera guionista de la trivial Dick y Jane, Ladrones de Risas. En su ópera prima, para narrarnos una típica historia de amor y desamor en clave humorística, recurre a una argamasa entre la sobrevalorada Matrimonio Compulsivo de los Farrelly y la infumable Supersalidos. De la primera toma su parte hotelera y la obsesión del protagonista masculino, mientras que de la segunda echa mano de su aspecto más escatológico y, ante todo, de su enfermiza fijación por el miembro masculino.

Él es un compositor musical de segunda; ella es una actriz (también de segunda) metida en una serie televisiva de éxito. Ambos viven en pareja desde hace seis años, hasta que lo esperable en este tipo de historietas acaba ocurriendo: chica deja a chico... y se larga con un tercero, un rockero engreído y en plena fama. El primero, desesperado, decidirá relajarse y pasar un tiempo de tranquilidad en un lujoso hotel de Hawai... a sabiendas de que, en el mismo centro, se hospeda su ex con su nuevo compañero... Añádanle a tanta previsibilidad el detalle de que la recepcionista del lugar sea una jovencita guapa, morenita, pizpireta y con dos ojazos a lo Natalie Wood, y obtendrán el inevitable camino argumental (y cuadrangular) que seguirá su desarrollo.

Dos o tres gags insertados con cuentagotas y el descubrimiento de la niñita apetecible citada anteriormente (y que atiende por Mila Kunis), es lo más destacable de este déjà vu playero, de línea cerebral plana y con surfistas incluidos. Lo más difícil de todo es descubrir las razones por las cuales lleva más de dos meses aguantando estoicamente en pantalla. Ver para creer.

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