13.10.08

Un final que no es tal final - SITGES 08 (entrega 04)

El pasado sábado finalizaba una de las entregas menos atractivas del Festival de Sitges desde que lo dirige Ángel Sala, un hombre que, hace ya unos años, cuando se puso al frente del certamen, logró recuperar esa necesaria vertiente fantástica que se había casi anulado durante el reinado Gorina, siendo este último, Àlex Gorina, curiosa o casualmente, uno de los integrantes del jurado de esta edición. Una edición, la 41. que, a pesar de la ingente cantidad de películas proyectadas, se ha quedado corta en cuanto al género se refiere. Mucho thriller y cine de suspense, pero, de lo que se dice propiamente fantástico, muy poquito: del malo y soltado a cuentagotas. El Palmarés lo pueden consultar, en su integridad, dándole aquí.

También es cierto que, en esta ocasión, no he podido asistir al lugar al cien por cien. Los diez días que ha durado siempre he estado con un pie entre Barcelona y el Festival aunque, por lo poco que he podido ver (excepto contadísimas excepciones), ha sido para salir pitando. Es de suponer que el film ganador, el Surveillance de la niña de mi estimadísimo David Lynch, tiene empaque y calidad pero, en el fondo, se trata de una (interesante) película policíaca convencional aunque, por lo que me han contado de ella, poco tiene que ver con la sección de cine Fantástico en la cual concursaba. Espero que en noviembre, los amigos del Fecinema (el Festival de Cine Negro de Manresa) tengan a bien recuperarla ya que, en un principio, está sin distribución en España y no querría (por respeto a las canas de Teddy Bautista) convertirme en un delincuente tirando de una mula.

Un tanto de lo mismo ocurre con Red, la película por la cual un excelente Brian Cox ha conseguido el (merecido) premio a mejor actor. De hecho, ésta es una cinta codirigida por Trigve Allister Diesen y Lucky McKee quienes, desde una óptica totalmente melodramática (y no fantástica), se enzarzan en una especie de western crepuscular en el cual la soledad de un anciano se ve agitada convulsivamente por el asesinato de su perro. Un grupo de adolescentes sin escrúpulos y un padre de familia prepotente e influyente, se convertirán en los acérrimos enemigos de un tipo que sólo busca una mínima señal de arrepentimiento por parte de ellos.

De todo y para todos los gustos ha habido este año en Sitges. En particular he disfrutado (¿o sufrido?) de una veintena larga de títulos. Tal y como anuncia el encabezado del post, éste no es el final, en Spaulding’s blog, de la 41ª edición de tal encuentro cinéfilo. Denme una semanita y, sobrepasado el próximo fin de semana, tendrán un esmerado resumen sobre las cintas que he visionado.

Muchos temas quedan aún en el tintero, desde la prometida crítica a Nicolás Gómez (in person) sobre su película Santos hasta ese Barry Lindon que espera turno en el ustedes lo han querido. Y hay que ponerse al día. Tan sólo avanzarles que The Chaser (uséase, Chungyeogja), el ganador del Orient Express-Casa Asia de esta edición, es un thriller coreano tremendamente corrosivo, interesante y brutal; de los de martillo en mano y dale que te pego. Un policía metido a macarra en busca de un asesino de prostitutas. No les digo más: de lo mejorcito de este Sitges 2008 junto con el clasicismo setentero y pupiavatiano de Il Nascondiglio. Ni la una ni la otra tienen distribuidora en nuestro país, por lo que vale la pena que pongan de los nervios al ex cantante de Los Canarios y metan a su burra a caminar. París bien vale una misa.

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