31.12.08

Recapitulando (I): Lo más mejor del 2008

Como cada año, en fechas similares, es norma el listado de lo mejor y lo peor de la temporada en materia cinematográfica. Al igual que en otras ocasiones, les dejo aquellos que para mí han sido los 10 mejores títulos del 2008. Como siempre, ha sido una elección difícil. Por ello, productos como Expediente Anwar, Casual Day o Rebobine, Por Favor, entre otros, han quedado fuera del inventario final.

Mañana, recién iniciado el 2009 y siguiendo con la tradición, les dejaré con lo peor del año.

Ordenados de menor a mayor grado, aquí tienen lo más mejor de los últimos doce meses:

10.- Wall-E, o la exquisita madurez de la casa Pixar. Un emotivo y divertido canto ecológico, totalmente equilibrado, en el que cabe destacar el descubrimiento de un androide reconvertido en basurero que, con similares facciones a las del Número 5, se dedica a almacenar y separar toda la mierda que ha quedado esparcida sobre un deshabitado planeta Tierra, tras sufrir un desastre ecológico. El calentamiento global ya ha hecho de las suyas. Más adulta que otros títulos de la productora, posee una primera parte digna de antología, casi sin diálogos y apoyándose en la brillante partitura escrita por Thomas Newman. Una perita en dulce.
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9.- Tropic Thunder, o el arte de la incorrección política. El espíritu gamberro y destructivo marca la comedia más sorpresiva (por inesperada) del año. Un modo distinto de enfrentarse a la guerra del Vietnam y, al mismo tiempo, toda una bomba de relojería para el engranaje del Hollywood actual. Ben Stiller, sin ningún tipo de tapujos, dispara balas mortales a diestro y siniestro y, además, sale ganador. Mientras, un fugaz Tom Cruise, de lo más hortera y repulsivo, nos deja a todos con la boca abierta. Ver para creer.
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8.- Los Falsificadores, o cómo hablar sobre el Holocausto judío y resultar diferente. Basado en hechos verídicos sucedidos al amparo del III Reich (la llamada Operación Bernhard), este supuso el merecido Oscar al mejor Film de Habla No Inglesa. Una vibrante lección sobre el modo en que los alemanes pretendieron desestabilizar la economía inglesa y norteamericana durante la Segunda Guerra mundial. Un campo de concentración y un grupo de prisioneros agraciados con un trato de favor, son los principales focos de atención del trabajo del vienés Stefan Ruzowitzky. Por detrás, sentimientos contrapuestos: rabia y supervivencia; orgullo y miedo. Una genialidad que pondrá la carne de gallina a más de uno.
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7.- No Es País Para Viejos, o el morbo por las elipsis narrativas. Traficantes y ganaderos. El Viejo Oeste tocado psicológicamente por las secuelas de la ya extinta Guerra del Vietnam. Un sheriff arrugado, un tipo sin oficio ni beneficio y un desalmado asesino tocado por una melenita a lo Príncipe Valiente: tres personajes metidos de pleno en un huracán de violencia. La Ley de Murphy en todo su esplendor. Y es que el azar no siempre significa fortuna; a veces, todo lo contrario. Los Coen se olvidan de sus planos rocambolescos para darle más importancia al contenido que al continente. No es un western ni es un thriller pero, al mismo tiempo, es un western y es un thriller. Cosas de los dos hermanitos.
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6.- La Niebla, o la pasión por la sci-fi de serie B de los 50 y 60. Una manera distinta de acercarse al fantástico, aunque (y más tratándose de Frank Darabont) siéndole aún fiel al universo literario de Stephen King. Un hipermercado y, en el exterior, una espesa niebla habitada por terroríficas presencias de otras dimensiones. Salir afuera es sinónimo de muerte segura. En el interior del centro comercial, el hombre demostrará que su principal enemigo es el mismo hombre. Un montón de sutiles guiños cinéfilos y un final compacto e inesperado, terminan por definir uno de los trabajos más atípicos y brillantes de la temporada.
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5.- 4 meses, 3 semanas, 2 días, o la necesaria reivindicación de mostrar al espectador pesadillas reales. El escalofriante retrato sobre un aborto clandestino, durante los últimos años de la dictadura comunista en Rumanía, significa el principal foco de atención de un melodrama con pasajes ciertamente terroríficos. Y es que el terror, cuanto más real, más miedo da. Convertir en una especie de asesino a sueldo al médico que ha de practicar la faena, es toda una delicatessen a degustar. De la pantalla directamente a los sentidos. Una joya.
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4.- Sweeney Todd, o cómo ser gótico y festejarlo con Stephen Sondheim. Un musical como la copa de un pino. Fiel a la obra original y, al mismo tiempo, fiel a la estética oscura y enfermiza del cine de Tim Burton, cada uno de sus fotogramas denota la pasión volcada en él por su realizador. Es tan perfecta toda su mecánica que incluso Johnny Deep está que se sale. Almas perdidas, venganzas sangrientas y una fuerte dosis de buena música. Magia en estado puro.
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3.- Escondidos en Brujas, o como homenajear sutilmente a Stan Laurel y Oliver Hardy desde Europa. Un thriller extraño, distinto. Una comedia ácida, perversa. Una unión de géneros que se salda con una buena dosis de violencia y un delicioso toque de humor negro. La atípica ciudad de Brujas convertida en el escenario ideal para desarrollar una historia sobre amistades y dependencias. Cine negro, negrísimo, del que encoge el alma y pone los pelos de punta. El gran guiñol está servido.
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2.- Camino, o cómo alejarse de la puta mierda de las sectas religiosas. El Opus Dei situado en la picota a través de un caso cargado de retazos tan reales como la vida misma. Fanáticos religiosos y perversos adoradores de la enfermedad y la muerte. El olor a santidad habitualmente va acompañado de gente de mala calidad. Una cinta hecha desde las tripas y con las tripas, realizada desde esa rabia que desata la impotencia y el engaño. Un trabajo duro, sin concesiones; duro, pero sin embargo necesario.
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1.- Antes Que el Diablo Sepa Que Has Muerto, o la familia unida no permanece tan unida como parece. Sydney Lumet, a sus 82 tacos, ha orquestado el mejor producto del 2008. Claro, conciso y meticulosamente fabricado. Pieza a pieza, ensartando cada una de ellas en su lugar preciso y sin dejar un solo cabo suelto. Así es como se monta un puzzle de la envergadura de éste. Un thriller virulento y compacto en el que se asiste, en directo, a la autopsia de una familia que a simple vista no parecía tan disfuncional. Todo se inicia con el desgraciado atraco a una joyería. A partir de ahí, el ser humano puede descomponerse a marchas forzadas. Y mucho más si el destino está jugando en su contra. Una obra maestra.
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