12.5.10

La justicia es una mierda (y esta película también)

Un fiscal y el superviviente de un acto vandálico en el que murieron su esposa e hija, frente a frente. El primero defiende el modo en que llevó la acusación de los dos inculpados; el segundo cuestiona sus métodos y las penas aplicadas. El enfrentamiento entre ambos se convertirá en un explosivo mortal que salpicará a más de uno. De fondo, como escenario geográfico, la ciudad de Philadelphia. Un Ciudadano Ejemplar es su título. Tras la cámara, F. Gary Gray, el mismo de esa cosa infumable que atendía por Be Cool. Ante ella, un justito Jaime Foxx y el cada vez más insoportable Gerard Butler.

La cinta, en un inicio y a pesar de empezar como aquellos viejos thrillers setenteros en los que Charles Bronson ejercía de justiciero urbano, parece prometer. Una vez superados los primeros minutos, la cosa se sale de madre pues rizar el rizo, a costa de cualquier tipo de credibilidad, es lo único que parece interesarle al tal Gary Gray. El endeble discurso sobre la eficacia de la justicia norteamericana que parecía proponer, desaparece totalmente por culpa de su desmesurado y nada real argumento. Y es que la víctima, a priori un bonachón de mucho cuidado, no es lo que parece: la bestia que esconde es de lo más potente.

Cine carcelario, judicial y de acción, todo abigarrado en un mismo pack. Demasiadas pretensiones para un producto desmelanado que no conduce a ninguna parte. Un poco de Seven, un mucho de MacGyver (aquel manitas que con una patata frita y un hilo montaba un arma letal) y otro tanto de El Silencio de los Corderos. La maldad siempre tiene que ser extremadamente inteligente, tal y como demostraba Hannibal Lecter. Un hombre en solitario y confinado contra todo un ejército. La venganza, en este caso, se ha pasado de rosca. Pero por suerte, el espectador ya no traga. Que le tomen por tonto tan a menudo empieza a resultar ofensivo.

El Foxx, metiendo cara d'apenao, cumple bajo mínimos con su cometido. No es necesario esforzarse en demasía pa tirar p’adelante un papel como el suyo. Lo del Butler es otra historia: a este chico ya no hay por donde pillarle. A cada nuevo título que protagoniza, más me convence de tratarse de uno de los peores actores de la historia del cine, sólo comparable a Victor Mature.

Si no quieren sentir vergüenza ajena, no se acerquen ni jartos de vino a monumental parida.

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