24.8.10

Abandonados

Toy Story 3 es, sin lugar a dudas, la película más interesante estrenada este verano. Al contrario que la saga Shrek, la cual empezó perfecta y fue yendo de mal en peor, los responsables de Toy Story se superan a sí mismos. Su derroche de imaginación, la forma de perfilar genialmente a todos sus personajes (del primero al último) y el trepidante ritmo otorgado a la historia, hacen de ella una entrega tanto o más compacta que sus dos predecesoras.

Una saga que no decae. Sus gags no dejan de sorprender. Se autohomenajean con gracia, mientras que sus no muy abusivos guiños cinéfilos resultan de una sutileza exquisita, nunca suenan a forzados. La aventura inicial a bordo de un tren, a modo y manera de la de Indiana Jones y la Última Cruzada, o la inesperada reconversión de Buzz Lightyear en un seductor latino y bailaor capaz de levantar la libido a la vaquera Jessie, son dos representativos pasajes que resaltan lo fantasiosas y metódicas que son las mentes capaces de perfilar las historias en las que se ven envueltos los juguetes creados por la gente de Pixar.

Con el fin de evitar vicios adquiridos en las dos anteriores. John Lasseter se ha alejado de la dirección, afianzándose más en aspectos de guión y producción y dejándole la batuta a su colega Lee Unkrich. Éste, que ya había co-dirigido Toy Story 2 con el propio Lasseter y Ash Brannon, demuestra dominar en solitario el cotarro como nadie. En Toy Story 3 no hay momento para el descanso. Incluso se muestra diestro en el dominio del 3-D, utilizándolo como una herramienta más sin entretenerse, a pesar del sistema. en buscar los efectos más espectaculares. Siempre prima la historia antes que el habitual (y cansino) efectismo de una técnica que hace que muchos olviden que el guión es lo más importante. Y, en este caso, Unkrich supera la prueba con nota altísima.

No dejen de verla. Acérquense al cine y denle su apoyo a unos juguetes que están pasando un mal rato. Ellos también tienen su corazoncito. Tantos años al lado de Andy, el niño de la casa, y éste, ya crecidito, me los abandona para largarse a la Universidad. ¿Cual será su destino?, ¿jugarán con otros niños?, ¿verán sus días acabados en un basurero?, ¿quedarán encerrados para siempre en un desván?... Ofrézcanles su aliento, pobretes, pues se lo merecen. En compensación, les divertirán e incluso les emocionarán. No tiene desperdicio.

Y ante todo préstenle especial atención a uno de los nuevos y sorprendentes personajes: un bebé tuerto y de lo más siniestro digno de los viejos films de terror de la Universal. Sencillamente impresionante.

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