10.2.15

Ninguneo


Tras un enloquecido trhiller como fue Headhunters, el noruego Morten Tyldum se apalanca en territorio inglés y nos traslada justo a una vieja fábrica de componentes electrónicos a pocos quilómetros de Londres, lugar en donde el Servicio Secreto Británico estableció un centro en el que, durante la Segunda Guerra Mundial, se intentaban descodificar cuantos mensajes salían de la inquebrantable máquina alemana Enigma por parte de un grupo de sabios capitaneados por Alan Turing, uno de los pioneros de la informática actual y que, a pesar de convertirse en héroe de guerra, en los años 50 fue procesado por las autoridades británicas al ser acusado de “indecencia grave” al descubrir su condición de homosexual.

Centrándose en la figura de Turing y repasando la historia de su vida desde temprana edad, este es un entretenido y crítico biopic sobre ese matemático al que, a pesar de haber ayudado a acelerar el fin de la contienda, se le acabó ninguneando debido a sus preferencias sexuales; un Alan Tuning al que da vida, de forma portentosa, un Benedict Cumberbatch en plena forma y que dota a su particular personaje (solitario, acomplejado y obsesionado con resolver cuantos más enigmas mejor) de algunas de las características con las que construyó a su moderno Sherlock Holmes televisivo.


La cinta se inicia en 1952, justo con la detención del matemático para, a los pocos minutos, iniciar un seguido de flash-backs que se alternan entre la lucha por descifrar los mensajes emitidos por Enigma, su tensa correspondencia con sus compañeros de trabajo, la relación que mantuvo con una de sus colaboradoras (interpretada con total atino por Keira Knightley) y sus problemas de entendimiento con altos militares y con gente directamente ligada al MI6, así como un sensible acercamiento a sus años mozos, cuando empezó a sentir su gran pasión por las matemáticas y su más íntima concomitancia con un joven colega de escuela.


The Imitation Game es un trabajo ciertamente atractivo. Perfectamente ambientado y alternando a la perfección, y sin ningún tipo de rotura en su narración, las tres épocas que muestra de la vida de Turing, construyendo de forma eficaz una hábil mezcla de thriller, melodrama y cine de denuncia, al tiempo que plantea, de forma muy meritoria, algunos dilemas morales que tuvieron que plantearse esos investigadores una vez descodificados los mensaje emitidos por el ejército nazi.

Valga, si más no, para reivindicar la figura de un personaje que fue despreciado y maltratado al descubrir que tras tan insigne matemático se escondía un homosexual.

2 comentarios:

El Señor Lechero dijo...

La película está muy bien si se parte de la premisa de que es una película. Ni Turing estaba tan pallá, ni su jefe militar era un tarugo que no entendía lo que hacía. Que la historia real no se cambie por un buen drama.

Spaulding dijo...

Totalmente de acuerdo con usted. Es más, a ella no se la fichó por ser hábil con los crucigramas, sino que fue recomendada por uno de sus profesores debido a que era una muy prometedora matemática.

Pero, como película, se deja ver.