20.10.15

SITGES 2015: Jornada 1 (de brujas amuermantes y humanos con poderes)

El sábado 17 de octubre, se clausuraba la 48ª edición del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Sitges 2015 al tiempo que se hacían públicos los galardones de la misma; premios que pueden consultar en el siguiente link.

Tres días después, desde la placidez de mi domicilio y al igual que en años anteriores, inicio con este post un larguísimo artículo que iré entregando a lo largo de los próximos días, reflejando mis impresiones sobre todo lo que he ido viendo jornada a jornada.

El tinglado se abría con La Bruja (The Witch), un film sobre brujería que, ambientado en la Nueva Inglaterra del siglo XVII, enfrenta a una familia de campesinos con la aridez del entorno y, ante todo, con la posibilidad de que una bruja haya sido la que ha hecho desaparecer del mapa a su hijo más pequeño, un recién nacido. Una cinta presuntuosa, que se mueve entre la pretendida belleza pictórica de sus imágenes (a veces, pésimamente iluminadas) y un ritmo tan cansino como amuermante. Poca chicha en el asador y un mucho de palabrería innecesaria para plantearle al espectador la posibilidad de que el personaje de su esforzada protagonista femenina, Anya Taylor-Joy, esté perdiendo la cordura o bien se vea imbuida por un sinfín de fenómenos esotéricos. Por mi parte, las bostezos no se hicieron esperar y, a pesar de haber entusiasmado al gafapastoso público de Sundance (festival que premió a Robert Eggers, su realizador nobel, como mejor director), me quedé con la sensación de haberme aburrido con una pura nimiedad con aparentes ganas de epatar.


A continuación llegó la comedia Absolutely Anything (Absolutamente Todo), un entretenimiento tan sencillo como resultón. Dirigida por uno de los Monty Python, Terry Jones, y contando con la colaboración del resto de integrantes del grupo poniendo la voz a un hatajo de peculiares extraterrestres, la cinta tiene muy poco que ver con ese humor tan particular y corrosivo que exhibió la formación británica en sus años dorados. La verdad es que se trata de una humorada bastante simplona pero que, por su acumulación de buenos gags (totalmente celebrados por el público asistente), hacían de éste un film ciertamente divertido, sin más. La cosa va de un humano corriente al que una junta alienígena dota de un poder sobrenatural que le permite hacer todo lo que le venga en gana con un simple movimiento de mano. De protagonista, el todoterreno Simon Pegg, secundado a la perfección por la siempre estimulante Kate Beckinsale, en el papel de la alucinada vecina del primero. Y, de propina, la voz del desaparecido Robin Williams, para dar vida al mejor personaje de la función: el perro Dennis.


La jornada, por ser el primer día, acababa aquí. En siguientes posts, más, mucho más.

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